Kotosh

Por Sherly E. Cecilio

Con 4.000 años de antigüedad y ubicado a 5 kilómetros al oeste de la ciudad de Huánuco, yace la Zona Monumental de Kotosh. El nombre proviene del quechua “coto” que significa montículo de piedras. Se compone de tres templos: Nichitos, Blanco y Manos Cruzadas. Siendo el más conocido el Templo de las Manos Cruzadas ya que guarda en su interior dos esculturas que lo adornan, dos pares de brazos que representan la cosmovisión antigua sobre la dualidad entre la mujer y el varón. El arqueólogo japonés Seiichi Izumi dirigió las excavaciones en 1960 y descubrió el templo de las manos cruzadas. Kotosh es una evidencia de la arquitectura pública y ceremonial de Los Andes, en especial de la época pre cerámica, que data de los 4.000 hasta los 2.000 a. C. Es parte de la tradición mito y cuenta con un punto magnético que amplifica la voz del visitante frente a los que equidistan de él. 

Foto: GettyImages.

En el templo se encontraron dos pares de manos cruzadas, un hombre y una mujer, el antebrazo derecho del hombre cruzado a la izquierda y el antebrazo izquierdo de la mujer cruzado a la derecha. Huellas que revelan datos sobre la unión entre varones y mujeres en aquella época y la cosmovisión de la dualidad. Los estudios han demostrado que las manos derechas de los hombres están unidas a las izquierdas de las mujeres, simbolizando la conexión con los cuatro elementos: fuego, aire, tierra y agua.

En cuanto a las ceremonias religiosas que tenían lugar en el templo, se señala que se sacrificaban animales y mariscos, que se obtenían a través del comercio con los habitantes de la civilización Caral, que floreció frente a las costas de Perú por la misma época. En el templo hay 24 hornacinas que 

servían para poner las ofrendas. La ofrenda se colocaba en pequeños fogones, la ceremonia deja ver la importancia de los trueques y la relación de la cultura con la costa. 

Según el investigador Antonio Mais, se realizaban matrimonios entre mujeres y varones, y la unión era fuerte ya que realizaba frente a los cuatro elementos. También menciona que la máxima deidad era el Tayta Jirca, un cerro en forma de puño que reside frente a Kotosh, y quien escuchaba sus peticiones. El investigador sostiene que la cosmovisión antigua se mantiene en aquellos que visitan el templo y dejan ofrendas, así como en aquellos que colocan pequeños montículos de piedras para pedir sus deseos al Tayta Jirca.

A la entrada de Kotosh se encuentra una rotonda, en el que en el 2008 el guía Gregorio Bardales descubrió que amplificaba su voz. Atónito se lo contó a su compañero de trabajo, Leonidas Bazán y juntos corroboraron que era real, y así empezaron a mostrar este fenómeno alucinante a los visitantes. Se trata de un punto magnético al que aún no han podido dar una explicación científica exacta. No se puede explicar el porqué una brújula no puede encontrar el norte al ubicarla sobre la zona o por qué el fenómeno se presenta con mayor intensidad al medio día. 

Algunas personas mayores con problemas auditivos han asegurado sentir como su cuerpo se convertía en una caja acústica cuando hablaban sobre el punto magnético. Otros creen que el sitio al ser místico es ideal para la meditación; sin embargo, no se recomienda permanecer por mucho tiempo pues se han experimentado dolores de cabeza y pérdida de estabilidad por permanecer por un tiempo prolongado en la zona.

• En taxi privado: puede contratar un vehículo privado por 15 a 20 soles. Usualmente hay unidades para regresar, pero sería mejor indicar que vayan a recogerlo.
• En moto taxi. El precio oscila entre 5 y 8 soles. 
• Tour operador: para mayor comodidad y además ofrecen ida y vuelta garantizado, almuerzo y entrada al sitio. El precio ronda de 40 a 60 soles.

• Caminatas. 
• Aprender sobre la cultura ancestral.
• Disfrutar de un momento de paz y conexión con uno mismo.
• Visitar el museo in situ.
• Observar el paisaje desde el puente.