El corazón de Huánuco, construido en 1845, guarda en ella la larga y nostálgica historia huanuqueña. En el centro alberga una pileta esculpida en mármol por italiano Pietro Caretti, la cual fue objeto de culto para culturas de antaño. Al sentarte en uno de sus bancos de madera puedes apreciar los contrastes de la vida en la ciudad y disfrutar del entorno verde rodeado de árboles ficus, jacarandas y flores coloridas. Además, interconecta diversas zonas importantes de Huánuco, y está rodeada de centros de entretenimiento: cafeterías, bares, restaurantes, galerías, bancos y centros comerciales.
Los antiguos pobladores del valle del Huallaga cuentan que en los tiempos de los chupachos, su rey fue maldecido por los Jirkas Marabamba, Paucarbamba y Rondos; convirtiéndose en un monolito gigante de piedra en medio de la noche, adquiriendo así el nombre de Pillko Rumi. Su familia lloró al cielo y fue trasladado a un santuario para ser adorado por los sacerdotes. Las personas acudían para pedir por su cosecha, la salud y sus animales; entregando ofrendas y pagos.
Sin embargo, en 1543 el capitán Pedro Puelles fundó la nueva ciudad de Huánuco en el valle del Huallaga al huir de Wanuko Pampa por los ataques del inca Yllathupa. Es así que llegaron los curas a evangelizar y denominaron de satánico al Pillko Rumi, por lo que fue arrojada del centro ceremonial y amenazaron con castigo y persecución a quienes siguieran con los actos paganos.
En la época republicana, para modernizar la noble ciudad de los caballeros de León, la municipalidad contrató al escultor Caretti y buscaron por todos lados la piedra adecuada, hallando así a Pillko Rumi, que fue transformado en una bella pileta de 4 metros de altura. Se dice que en las noches de luna llena, Pillko Rumi trata de romper la maldición y al no lograrlo llora lágrimas negras que los obreros de la municipalidad limpian. A altas horas de la noche puedes llegar a ver a los lugareños dejando pagos a cambio de su bendición y protección.